La colaboración entre diferentes actores políticos y sociales fortalece la toma de decisiones, ya que reúne diversas perspectivas y conocimientos que enriquecen las políticas. Esto genera mayor legitimidad y apoyo ciudadano, facilitando la implementación y aceptación de las medidas. Además, al trabajar juntos, se optimizan recursos y se evitan duplicaciones o conflictos, logrando una gestión más eficiente y transparente. En resumen, la cooperación contribuye a construir políticas públicas más inclusivas, efectivas y sostenibles.