Es importante que las personas participen en la toma de decisiones sobre políticas públicas porque, al ser quienes vivimos y enfrentamos los problemas todos los días, conocemos mejor lo que realmente hace falta y cómo afecta cada situación a nuestras comunidades. Si participamos, podemos asegurarnos de que las soluciones que propongan los gobiernos sean útiles, prácticas y realmente mejoren nuestra calidad de vida.