La participación ciudadana en el proceso de planificación participativa es fundamental porque garantiza que las decisiones reflejen las necesidades reales de la comunidad, fortaleciendo la legitimidad y efectividad de los planes de desarrollo. Para incluir de manera protagónica a los grupos de atención prioritaria, es crucial implementar mecanismos inclusivos y accesibles que faciliten su voz, como espacios de diálogo adaptados y apoyo técnico. La participación en la elaboración de presupuestos locales permite una asignación más justa y eficiente de los recursos, fomentando el desarrollo sostenible y la cohesión social en la región. En definitiva, involucrar a la ciudadanía en la priorización del gasto en los GAD democratiza la gestión pública, promueve la transparencia y mejora la rendición de cuentas, consolidando una gestión más cercana y responsable con las necesidades de la población.